jueves, 25 de agosto de 2016

Cubo Rubik

Nacemos cubos desarmados. Seis caras, seis colores y un completo caos de sensaciones nos atraviesan desde un inicio. Las manos de aquellos que llamamos familia tratan de dar forma a ciegas a un ser de colores definidos. Manos cálidas, pero torpes a la hora de manejar algoritmos no llegan a ordenar ningún color.
Nos mandan así, llenos de amor pero cojos y tuertos, torcidos desde el inicio, a una institución para que nos terminen de moldear. Depositan su confianza en que podremos salir con al menos alguna cara completa.
Maestros con caras armadas y perfectas en su sabiduría nos manipulan de a poco. Un maestro, un docente, un color. Pero desarman de un lado lo que se arma de otro. Se frustran. Nos frustran. Y faltándonos uno, dos o varios cuadraditos de color por lado salimos a la vida.
Algo más formados, guardamos el cubo en nuestro pecho mostrando la cara mejor armada. Aquella que nos deje mejor parados.
El trabajo manipula sin piedad tratando de armar un solo lado sin importa que queramos. El estudio hace lo mismo por su lado. La sociedad nos exige perfecciones que se acomoden a su estándar. Las manos del amor se divierte probando pases ilógicos, yéndose cuando se aburre.
Cada ser pasa y prueba en cubos ajenos aquello que no se atreverían a hacer a los suyos propios. Movimientos heredados, practicas aprendidas, algoritmos escuchados de oído. Los demás juegan con lo ajeno.
Y sin embargo, a veces paramos a observar en que caos hemos quedado. Tantas manos y tan poco conocimiento. Tanto manosear sin llegar a nada. Allí, en la soledad de nuestro cubo, comenzamos a mover cada arista para desarmarnos, volver a armarnos y otra vez salir.

Acido Literal

Me gustaría creerte

Me gustaría que tomes forma humana, sociedad. Quisiera verte a los ojos de miles de millones de ojos y creerte. Creerte con el corazón conmovido de verdad de que lo que me estas ofreciendo es verdad. Ya no soporto la absurda lógica que implementas, los sin sentido que arrojas al aire para que los tomemos.
Me cuesta creerte con tu forma atomizada de cuerpos que se alejan como átomos que ya no pueden mantenerse unidos. Es sentir que tu fin está cerca. Cada célula de tu ser disgregada en un individualismo extremo pronto a pulverizarse en la nada.
Quisiera ser como un niño y creer que de verdad esta absurda existencia pasatista de consumo es el verdadero sentido por el cual nací. Que recuperen ese valor perdido los papeles que extienden tus instituciones. Como puede ser que se sientan tan orgullosos algunos? Donde radica la superioridad de su ser cuando viven la rutina que los consume?
No te soporto sociedad. Esos ataques bipolares que tenes, esa crisis perpetua que no garantiza nada. Tus lujurias semi satisfechas que no terminan en nada. Cada célula no evoluciona, no crece, se mantiene estática porque le enseñaron a ser así.
Por qué me siento tan fuera de vos? Por qué no me puedo adaptar a aceptar el designio nefasto que propones con una sonrisa? No puedo entender cómo te mantenes unida de una manera tan ilógica. Qué sentido tiene la repetición de tus actos huecos que no permiten ese final tan anunciado.
Nacer, crecer, reproducirse y morir. Nada de superación en la rueda del tiempo. No llegaste a nada importante y creciste como si fueras un leviatán. Cada persona creyendo ciegamente en vos sin cuestionarse nada. La evolución social detenida en los relojes de los nuevos celulares. La repetición de esclavos y esclavistas en vos. Las falsas promesas de futuro. La mentira de una igualdad que nunca se ve. Las limosnas a los desechos que necesitas. Todo armado de una manera aberrante.
Tal vez, sociedad, me gustaría creerte porque estoy dentro tuyo y no puedo verte. Seguramente sea un cáncer que arregles con extirpándolo. O puede ser que me deshaga comido por una rutina que acepte sin ser feliz, viendo a mi alrededor como aceptan su destino mis pares. Tal vez, tu mayor virtud, sea doblegar a los que se creen ingobernables.
Acido Literal

martes, 26 de abril de 2016

Palabras repetidas



Hablando con una amiga, con la barrera informática de por medio, surfee por una cantidad de ideas que me parecieron interesantes. Una de ellas, tal vez la más conocida, es que todas las mujeres están locas y por lo tanto uno no debería atribuirse la locura hacia uno mismo. Es decir, ninguna mina está loca por un chabón, solo está loca.

El retruque de mi amiga fue que las mujeres caen como unas boludas ante las mismas frases repetidas una y otra vez. Esto me trajo algunos recuerdos y una teoría. Todas las frases son repetidas una y otra vez ante distintas personas o por distintas personas.

Como ejemplo valdría una frase escuchada varias veces el último tiempo. Ante una mala racha con el sexo opuesto, cuando me preguntaban por dicho asunto, solía salir con pensamientos nublados de cierta resignación negativa. Ante esta visión pesimista del panorama me solían decir “tranquilo, ya va llegar la indicada” o “paciencia, está llegando” seguido se cierta enumeración de virtudes mías. No sé si es cierto sentido pasivo casi de ameba lo que me molestaba o tanto pensamiento positivo estilo zen, pero más allá de la molestia pensé “y porque no sos vos”. Claro que aquella sugerencia hubiera sido recibida con cierto malestar por mi interlocutora que se vería llevada a hacer ciertas evasivas para no aceptar tal invitación sin hacerme sentir mal.

Entonces di el otro paso, que me dirían. “sos muy bueno para mi” “este no es mi mejor momento” “estoy en otras cosas”. Todos argumentos que tiran abajo la idea de que se busca una pareja con buenas virtudes para ser feliz y que se busca más un síntoma con el cual lidiar. Ninguna virtud valdría si la mina no vio algo disfuncional en vos. O le pareces feo.

Pero si vamos también a las palabras amorosas dichas en un momento de pasión, como por ejemplo “me encantas” “sos hermoso” “sos muy lindo”, carecen de sentido cuando pierden el sustento de la acción. Cualquiera diría que en el caso de que se declarasen esos epítetos agradables que endulzan el oído, se trataría de alguien valioso a quien no se quiere perder. Pero la realidad parece no estar del lado de la lógica. Palabras con peso pero que son dichas de muchas bocas, oídas tantas veces, y sin embargo no pierden todo su valor de significado.

Terriblemente, con pasividad, no nos damos cuenta y repetimos palabras sin sopesar su significado y cuanto pueden afectar a la otra persona. Estamos tan acostumbrados a hablar, a dejarnos cegar por el amor, la esperanza, la ilusión, el miedo o la idealización, a escuchar sin prestar atención que no nos damos cuenta que las mismas palabras dicen lo mismo de tanto labios distintos.

Quiero pensar que somos lo suficientemente idiotas como para olvidar y no darnos cuenta de la obviedad. Si no termináramos de creer ilusoriamente que en algún momento las palabras que nos digan se van a cargar de un sentido casi pleno, llegaríamos a una edad en que veríamos a las palabras despojadas de un velo de ilusión y verlas como son,  solo palabras vacías. La desilusión ante la palabra no llevaría por dos caminos, cargarlas de sentidos nosotros con nuestras propias apreciaciones o vivir en la realidad gris y fría como el invierno de saber que nada tiene peso verdadero, salvo nuestra muerte.  

Tal vez podamos escapar a la palabra con votos de silencio, con cuartos vacíos, tratar de detener nuestra mente. Remar contra la corriente antes de caer bajo un tren u olvidar todo. Pero he aquí la paradoja, cuando aprendes a escuchar y cuando aprendes a leer, ya no hay forma de olvidar.

Lobo Estepario
 

martes, 12 de abril de 2016

Duelos



El psicoanálisis describe al duelo como un proceso de desinvestidura libidinal de un objeto perdido. Es decir, cuando el objeto de amor,  que es una representación mental de una persona u objeto  en nuestra psiquis, se va por algún motivo, el proceso que lo invistió de una energía pulsional procede al camino inverso que cuando se invistió para volverlo objeto de amor.

Hay varios tipos de pérdidas, pero creo suponer que podríamos reducirlos a dos: Muerte o Separación.  La primera parece ser, tal vez, la más efectiva formula de pérdida total. Cuando alguien muere, ya no existe manera de contacto para poder tener cerca el objeto de amor. Sin embargo, se puede llegar a pensar que nunca se termina de des investir ese objeto y varias de sus cualidades o características pasan a formar parte de nuestros repertorios y formas de actuar.

Con el segundo tipo de perdida el trabajo se vuelve más complejo. El objeto no está completamente perdido, y entonces es el aparato psíquico que debe resignarlo y des investirlo a pesar de que exista la posibilidad en la realidad de volver a encontrarlo. Parece ser un proceso más duro, que también puede provocar que parte del objeto quede en uno, también tomando ciertas características de él.

En ambos casos, la amor es una enfermedad que debilita el yo por transferencia de energía libidinal. Tengamos la relación que tengamos con cualquier objeto, también nos modifica en actos y actitudes, es decir, que cual cualquier interacción con un objeto que investimos libidinalmente nos termina modificando también.

Sin embargo, hay una forma cruel de hacer prolongado el duelo. Que sucede con los desaparecidos? Es muy difícil pensar este tipo de situaciones. Ni vivos ni muertos. No nos aman ni nos odian. No nos aceptan ni nos rechazan. Así, el duelo de separación se ve postergado por una esperanza de volverse a encontrar con el objeto de amor. En nuestra psiquis, se sigue alimentando de nuestra energía libidinal, con la esperanza o la fantasía de su pronto regreso.

Pero no solo se debe pensar este tipo de situaciones solo en el caso de los desaparecidos en la última dictadura cívico militar. Cualquier tipo de esperanza dada, por mínima que sea, para luego cortar cualquier tipo de posibilidad de encuentro es una forma perversa de desaparecer. Sin un corte, por más abrupto que sea, no se posibilita el paso al duelo dejando al sujeto tener que poner fecha límite a la posibilidad de investidura del objeto. Si es que el sujeto tiene esa posibilidad.

En definitiva, como idea es interesante en tres puntos. Todo amor o enamoramiento es una enfermedad que quita energía libidinal para concentrarse en otras cosas. La interacción con los objetos de amor deja siempre una huella en nuestra psiquis añadiendo o modificando comportamientos y puntos de vista. Y que la ida de un objeto sin resolución final puede ser una forma psíquica de tortura. Como conclusión, sin muchas ideas ya en la cabeza, lo mejor sería amarse a sí mismo de forma narcisista y onanista para posibilitar la extinción de una raza tan fallida como la humana.

Lobo estepario

lunes, 11 de abril de 2016

Lacan inedito - Seminario 30 "La re significación del falo en el bondi lleno"

Es conocido en el ambiente el genio que caracterizaba a Lacan. Siempre desde su altura y el psicoanálisis como principal instrumento, contestaba y criticaba a mucha gente. Desde psiquiatras famosos, pasando incluso por el padre del psicoanálisis, hasta las feministas y los movimientos universitarios de su época, nadie se salvó. Pero este corto escrito no se basara en lo conocido de Lacan, sino que nos encargaremos de dar a conocer un nuevo seminario inédito.
El seminario 30 de Lacan, titulado “la re significación del falo en el bondi lleno”, es el último seminario dictado por este gran pensador. Ya siendo muy grande, moviéndose solo en transporte público, Lacan comienza a pensar las relaciones humanas desde la cálida cercanía de la hora pico. Sin embargo hay un hecho poco conocido de su historia que lo llevara a modificar uno de sus primeros y grandes esquemas conocidos.
El hecho significativo fue la presentación de un carta formal por parte de los conductores y la empresa de la línea 60 “Sainte-Anne – Tigre” para nombrarlo pasajero no grato. Según consta en dicha carta, Lacan subía y se tomaba la media hora que tardaba el viaje en explicarle al chofer cual era el destino a donde quería llegar. Desde preguntas y rodeos filosóficos y psicoanalíticos, lograba siempre llegar a su destino sin haber pagado nunca ni un boleto. Hasta incordiaba a los pasajeros que querían subir al colectivo cuando lo interrumpían en su ponencia.
En vista de esta carta que fue tomada como un agravio por el propio Lacan, es que decide presentar un nuevo significado a su esquema L. Como se puede observar en el capítulo III titulado “el Auto, ese falo en cuatro ruedas” el autor explica cómo es que se genera un yo automovilista sustentado en la imagen de su coche. Sin cambiar siquiera las letras del antiguo sistema, se nos anoticia que la imagen del yo automovilista (a1) es creada por la imagen especular de otro automovilista (a) y sustentada por el automóvil (A). Dice Lacan “No puede haber uno sin otro, sin el auto que transite la carretera principal hacia la normachisidad solo nos espera el desbarrancar hacia lugares inciertos.” Se muestra en la duración del seminario que sin la existencia de un Auto como significación fálica, no podría existir un yo automovilista con los papeles de dicho auto en el bolsillo que lo lleve a destino. Cual este destino? Lacan lo dice claramente “al fantasma anterior a la nada, anterior al lugar del vacío estructural”. El autor este escrito cree que este era uno de los recursos utilizados por Lacan a la hora de sacar el pasaje del colectivo, sumados a sus teatrales silencios seguidos de enérgicas exclamaciones. Se podría inferir que ante estos actos, el colectivero se haya servido de la fuerza pública en más de una ocasión para hacerlo descender de la unidad, pero no creemos corrector llegar a ese tipo de conclusiones por falta de pruebas.  Volviendo al seminario, se explica que ese yo automovilista no podría conformase sin la especularidad de otro automovilista a quien imitar en un principio. Si se toman en cuenta las exclamaciones como “mira esa nave”, “que grande y espacioso es”, “que bien que lo tenes” se podría entender que son solo formas de expresar envidia hacia un falo mucho más grande y vistoso.
Finalizando su ponencia, Lacan se propone a explicar el último elemento de la ecuación, la letra S. Es de destacar que no está barrada como en sus anteriores seminarios. Esto se debe a que la S pertenece a subte. Es decir, presentando una línea que se vuelve punteada cuando se cruza con la línea de a1 a a, el S seria el medio de transporte más rápido que se podría elegir después de A. Como podríamos interpretarlo? Simple, cuando las rutas para A están cortadas por algún imprevisto, allí aparece S para sacarnos del paso lo más rápido posible. Pero recordemos que el subte tiene líneas fijadas en inamovibles que no permiten recorrer lugares a nuestro antojo. Es por eso que aparece cuando se necesita llegar rápido a algún lugar pero sin la comodidad de A, y de ahí el sentimiento de angustia. Lacan termina esta clase con la frase “Los colectiveros son todos putos”.
A pesar de lo expuesto en esta clase, esta línea de pensamiento no es retomada por Lacan más adelante, y se dedica en lo que resta del seminario a explorar posibles explicaciones a las apoyadas en los colectivos en hora pico. Tal vez porque la carta dejo de tener ese efecto de agravio o porque su yerno Jaques Alain Miller se ofreció  a llevarlo en su coche el resto de los seminarios, no se vuelve a nombrar esta última reformulación. Sin embargo,  se abren muchas interrogantes. Es el subte un medio rápido para llegar a algunos lugares? Qué tipo de coche le hubiera gustado tener a Lacan? Es el subtrenmetrocleta un homenaje a la manía de Lacan de hacer juegos de palabras? Pero tal vez la pregunta más importante sea. Sirve esto para algo?
ACIDO LITERAL

Desesperaciones 2



Es desesperante ver la actualidad. Mirar hacia todos lados en un cuarto de cuatro paredes desconchadas, la venta del alma al mejor postor. Y no importa realmente lo que tenga para decir, lo que tenga para pensar y expresar.

Te puedo gritar en la cara tres o cuatro verdades que solo me sonreirías. Como un espectáculo, como un show. Sentarme de consejero a explicarte que aprendí, que conocí, hacia donde quiero llegar. Pero ya nos metieron en singularidades e individualismos puros de no mirar al costado al desgraciado.

Tan solo gritar nos convierte en un show más que puede ser etiquetado y vendido. Podes identificarte con mis palabras y aplaudirlas. En caso de llegar a muchos, solo me pondrán en un palco para que me sigan, como palabra de pastor. Pero no. Como llegar a sobrevivir sin venderse al puto sistema? Como escapar o cambiar algo desde esta posición de consumo?

Te necesito, me necesitas. Pero solo para discrepar de manera distante. No involucrarse demasiado 
con nadie. Con nada. No sentarse a conocer al otro. No dejarlo entrar. No abrirse. Los mayores actos revolucionarios puestos en camisetas para vender en grandes tiendas. Alabar los mensajes del cine y la tele desde la comodidad de un hogar.

Cuando fue la última vez que te jugaste por algo? Cuando fue la última vez que escuchaste a alguien? En esta pasividad de circularidad, nos perdemos la realidad del contacto profundo para solo quedarnos en la superficie inútil e inerte de una moda.

La crítica es comprada, expuesta, vendida y empaquetada para mostrarla con orgullo de tener una etiqueta de nombre reconocido. Nos han colonizado de tal manera la cabeza que solo se pertenece y se corre tras los sueños pre digerido que pensaron otros. Cuando fue la última vez que sentiste algo real?

La realidad se escapa entre las manos, mientras gastamos la vida en pagar lo que nos dicen que debemos que pagar. En hacer lo que es tendencia en ese momento. Creemos que derrotar los conceptos victorianos nos hace más libres. Nos hacen creer que lo nuevos rumbos son caminos sin guía. Tomaron las filosofías antiguas y las pelotudizaron en una era new age.

Yoga, chakras, energías y espiritualidad llenan las bocas de los estúpidos snobs de turno sin ningún significado. Leer y aprender de las filosofías orientales, de meditación, se volvió en un recorrido por YouTube con la banalidad de creer que se puede escapar del dolor. Poca gente ha podido llegar a aprehender que es lo que se les está ofreciendo. Cuando fue la última vez que te sentaste a enfrentar la angustia de la existencia? Cuando será el momento en que te sientas realmente insignificante en el mundo?

Nos venden la idea de ser todos especiales, de ser todos inteligentes, de que nuestra potencialidad es lo  que mantiene este mundo. Cuando miro desde MI celular, desde Mi comodidad, las fotos que siento el deber de compartir para generar conciencia mientras tomo MI café, en MI cama, no puedo evitar sentir las náuseas de ser un gran hipócrita cuando me miro al espejo.

Y es que la anestesia no llego a agarrar bien en esta cabeza que se desvive pensando qué carajo es esta sensación en el pecho que duele. A veces se confunde y cree que es amor. Otras veces que puede ser un infarto. Por las noches, que es la ausencia de aquellas relaciones perdidas. Pero la realidad es otra, es un dolor que genera un vacío existencial imposible de llenar con nada. Algunos lo llaman angustia, otro estructura. Yo prefiero llamarlo hipocresía. Porque la hipocresía es imposible de erradicar, nunca podremos mantener la línea recta que nos marcamos con palabras. En algún momento te vas a traicionar y vas a ser hipócrita. Y aunque me quiera sentir distinto, original, especial o alguien diferente al resto. Solo hay una realidad desesperante. No soy especial, ni distinto, ni diferente, solo soy uno más que camina hacia el mismo matadero. Solo que no voy callado.

Lobo Estepario

domingo, 10 de abril de 2016

Papeles de flores (cazador de leyendas)



Existen grande historias de famosos magos desde épocas inmemoriales. Ya desde las prehistoria, chamanes y brujos, algunos hasta considerados profetas, inflamaron la imaginación del hombre que no manejaba las ciencias. Muchos son los nombres, pero algunos se han perdido en la memoria del tiempo, por desuso, por tiranos o por el simple hecho que no resaltaban entre la multitud. Uno de ellos, injustamente olvidado, es Brunno Cavallaro.

Este mago, nacido en la época victoriana en Italia, se caracterizaba por utilizar trucos poco comunes por decirlo de alguna manera. Según algunos libro empolvados que se salvaron de la gran inundación de Venecia en el siglo XIX y que hoy se encuentran el sótano de una casa de Colegiales, este mago aseguraba que podía revivir el niño interior. En sesiones donde primaban los juegos como saltar la soga, el pato ñato, la payana, entre otros, aseguraba a los adultos poder ponerlos en contactos con las energías infantiles que aun vivían en su interior. Mucho antes de que Freud y otros pudieran empezar a definir el campo de la psicología, Brunno era tomado como un simple timador por algunos o como un pobre infeliz según algunas otras crónicas. La realidad es que los shows dados se llenaban siempre de malandras y vivos que querían sacar ventaja de algunas situaciones, como manosear señoritas mediantes los juegos alegando que en su infancia habían sidos bastantes toquetones.

Es así como las sesiones eran consideradas por aquellos que nunca asistían como grandes orgías de mujeres lábiles y hombres pecaminosos, lo que sumía a Brunno en una terrible desilusión. Es así como se dedico a aprender pases de cartas, trucos de espejos y algunas otras artes para mejor su imagen.

Sin embargo, a pesar del fracaso de sus primeras presentaciones y de tener que cambiar de rumbo, logro brillar con luz propia y llamar la atención del rey de su época. Fue llamado para amenizar una velada en donde condes, duques y otros reyes se juntaban a conmemorar en natalicio del rey. Casi todas las crónicas. fueron quemadas por orden del mismísimo rey por los hechos acontecidos luego de su cumpleaños. Salvo el relato que contaba en una carta uno de los sirvientes presentes esa noche.

Según él, la velada se desarrollo como tantas otras. El rey con sus pretensiones de superioridad mostrando su completa ignorancia en muchos temas. Casi todos los temas. Los condes y otros titulados de grandes portes adulando a la reina. Y la reina, mostrando su festividad y labilidad con rimas soeces. Hasta aquí un velada común. Pero el aire parece cambiar cuando entra Brunno. El show comenzó aburrido, y el mago parecía algo despistado, podría decirse que por el nerviosismo de estar ante el rey, el sirviente dice en su carta que fue culpa del escote de la reina. Sin embargo, ante los malos pases, los trucos evidentes y el tartamudeo constante del mago, la reina aplaudía y reía como si fuera una niña.

Luego de que no pudiera adivinar la carta que había elegido el Conde de Sforza, Cavallaro se excuso un minuto. Cuando volvió, luego de unos prologados treinta minutos, parecía otra persona. Comenzó a ordenar unas sillas y con actitud avasallante, guío a los presentes llevando a cabo una sesión de sus primeros actos de magia. Todos lo disfrutaron como si se estuviera haciendo magia de verdad. La reina sobre todo, que siempre encontraba una excusa para estar cerca de Brunno y era la que proponía la mayoría de los juegos, casi todos de contactos físicos. La velada finalizo bien entrada la madrugada y el rey dispuso de una habitación para el mago que no puedo negarse.

Al amanecer del siguiente día, grande fue la sorpresa al descubrir que el mago no estaba en su habitación y que esta parecía estar impecables, como si nadie hubiera estado allí nunca. Pero mas grande aun fue la desaparición de la reina, que parecía haberse ausentado sin que el rey se diera cuenta. Una semana llevo la búsqueda de ambos por todo el reino. Finalmente fueron hallados en una casa de campo antes de partir a la frontera de Francia. Ante tamaña traición, Brunno fue sentenciado a la pena de muerte. La reina fue recluida y aquellos que se atrevieran a contar los sucedido serian brutalmente torturados.

El día anterior al cumplimiento de la sentencia, el mago logró hacer llegar a la reina una carta mediante uno de los carceleros que le había tomado cariño. En ella, según los cronistas, no solo derramo su amor, sino que también le pedía a la reina que dejara todas las cartas suyas sobre la mesita que tenia cerca de la ventana, dejándolas empaparse con la luz de la luna. Prometió darle un ultimo regalo antes de partir. Por ordenes del rey la sentencia se adelanto para esa misma noche y debía, según sus actos, morir en la hoguera, como se hacia antaño. La reina lloro mucho, en los pasillos del castillo se llego a comentar que la niña interior había muerto totalmente luego de aquel día, y que su brillo se había apagado. Pero sin embargo, confío en el mago esa noche y dejo las cartas sobre la mesa a la luz de la luna. Al anochecer, Brunno Cavallaro era quemado en la hoguera, sin que emitiera ni un solo grito. Las llamas lo consumieron hasta dejarlo en cenizas. La reina durmió profundamente esa noche y a la mañana encontró sobre la mesita una rosa hecha con las cartas escritas. Lo asombroso de esta rosa es que no podía destruirse por ningún medio, los sabios de las cinco esquinas del micro centro creen que este ultimo acto representa el poderoso amor que no podía ser destruido ni con la muerte de los amantes. Otra sorpresa esperaba a la reina nueve meses después.

La historia no ha dejado huellas del mago, pero el ha dejado descendencia. Según los cronistas prohibidos de la época, la descendencia de Cavallaro se mantuvo oculta por mucho tiempo, hasta recuperar su apellido luego de la caída de los reyes italianos. Hoy en día, se ha vuelto un apellido común, pero todos vienen de la raza del mago. Muchos de ello se han dedicado a racionalizar el mundo, por lo que no creen en magias y pases de cartas. Otros aun mantienen viva una pequeña magia llamada niño interior. Pero lo que ninguno pudo lograr todavía, es forjar en papel una rosa tan fuerte de amor como la del original. Algunos creen que es porque la magia no existe, otros porque no no existen mas amores como aquellos. Este humilde cronista, cree que el problema es que no han confiado aun en ellos mismos.